Los emulsionantes son aditivos que cumplen una función clave en la industria alimentaria: permiten unir ingredientes que naturalmente no se mezclan, como el agua y el aceite, logrando mezclas estables y homogéneas.


 

Su uso se ha extendido en diversas categorías de alimentos, desde productos lácteos hasta bebidas vegetales, ya que contribuyen a mejorar la textura, la apariencia y la vida útil. Además, facilitan los procesos productivos al reducir problemas comunes como la formación de espuma, la separación de fases o la precipitación de sólidos.

Un ejemplo concreto es el de las leches saborizadas con cacao y las bebidas vegetales. Gracias a emulsionantes como RecMilk, es posible obtener una dispersión más uniforme del cacao, reducir la formación de grumos y estabilizar las proteínas lácteas frente a procesos térmicos. Esto se traduce en productos más cremosos, de textura consistente y con menos desperdicio.

En el caso de bebidas vegetales a base de arroz, almendra o coco, los emulsionantes cumplen un papel fundamental en evitar la sedimentación y mantener la homogeneidad durante toda su vida útil. De esta manera, aseguran que el consumidor reciba un producto de calidad constante en cada consumo.

Más allá de su definición técnica, los emulsionantes se han convertido en herramientas indispensables para una industria que busca responder a las exigencias de seguridad, estabilidad y experiencia sensorial que demanda el mercado actual.

Fuente: Palsgaard

 

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